Hábitos tóxicos y la potencia sexual masculina

Advertencia
Si tienes algún problema médico o piensas que puedes tener algún problema que no conozcas, por favor consulta con un médico antes de empezar el tratamiento para la disfunción eréctil. La información proporcionada en esta página no debe ser usada como sustituto de consejo médico o como base de un auto-diagnóstico y auto-tratamiento.

Cuando se trata de la salud sexual masculina, el estilo de vida que elige un hombre tiene un papel importante. El tabaquismo, el alcohol y las drogas producen consecuencias negativas no sólo para el estado de su salud en general, sino también para su potencia. Vamos a analizar las causas de la impotencia y cuán fuerte es la influencia de tales hábitos en la capacidad de un hombre para conseguir una erección.

Cosas que cada hombre debe saber sobre la impotencia

La disfunción eréctil, o impotencia, es un trastorno masculino que se manifiesta en la incapacidad de erigir el pene y/o mantener una erección el tiempo suficiente para una relación sexual normal.

La gravedad de la enfermedad varía dependiendo de la frecuencia de la aparición de los síntomas. La principal diferencia entre la disfunción eréctil y la falta de erección, por el cansancio, como ejemplo, es la regularidad de los síntomas.

Las causas de los problemas con la potencia son numerosas. Entre ellas están:

  • diabetes
  • obesidad
  • hipertensión arterial
  • trastornos mentales (ansiedad, depresión)
  • trauma en los órganos del sistema genitourinario
  • lesión espinal
  • deformidades congénitas del pene, etc…

Además de las causas enumeradas anteriormente, algunos hábitos tóxicos y adicciones también aumentan significativamente el riesgo de desarrollar la impotencia.

El papel del hábito de fumar en el desarrollo de la impotencia sexual masculina

Prevención de la disfunción eréctil. ¿Cómo extender su vida sexual

Según las estadísticas, el 34,7% de los hombres de 18 a 44 años fuman. Si hablamos del número total de los fumadores masculinos mayores de 14 años en España, tenemos 1,23 millones de hombres con ese hábito.

En cuanto a la disfunción eréctil, el porcentaje de los hombres que padecen esta enfermedad es de aproximadamente el 48% (mayores de 70 años).

Numerosos estudios tienen como objetivo revelar la relación entre el hábito de fumar y la potencia. En uno de ellos, científicos españoles establecieron paralelismos entre la cantidad de cigarrillos fumados y la gravedad de la impotencia en los hombres menores de 45 años.

De los 860 participantes, el 53,5% eran fumadores, el 37,2% nunca habían fumado y el 9,3% eran exfumadores. Entre todos los participantes, el 39,2% eran fumadores empedernidos, es decir, fumaron más de un paquete de cigarrillos por día. Todos los hombres fueron divididos en seis grupos según la cantidad de los factores de riesgo para el desarrollo de la impotencia. Según los resultados del cuestionario del Índice Internacional de Función Eréctil, el 43% de los fumadores empedernidos sufrían de la disfunción eréctil severa.

El grado de impotencia en los participantes que fumaban hasta 20 cigarrillos al día fue moderado en el 48% de los hombres y leve en el 35%. La conclusión es que cuanto más fuma un hombre, mayores son los riesgos de desarrollar una forma severa de la impotencia sexual.

Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology dice que las probabilidades relativas de desarrollar la impotencia en los fumadores mayores de 44 años son de 2,74 en comparación con los que nunca fumaron o dejaron esta costumbre nociva.

Dejar de fumar, especialmente antes de llegar a los 40 años, ayuda a restaurar o mejorar la función eréctil. Aquellos cuya experiencia de fumar es corta tienen mayores posibilidades de recuperar la potencia.

Efecto del alcohol en la potencia masculina

¿Los medicamentos pueden provocar impotencia

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud muestran que el consumo promedio de alcohol entre los hombres que beben en Italia es de 16,5 litros per cápita. Esta no es una cantidad alta en comparación con otros países europeos, pero, aun así, afecta negativamente la función sexual en los hombres.

El consumo de alcohol disminuye el volumen de sangre circulante debido a la deshidratación del cuerpo. Como resultado, en el cuerpo de los hombres se aumenta el nivel de la hormona angiotensina, que es responsable de la vasoconstricción. Además de esto, el alcohol es un depresor del sistema nervioso. También ralentiza la transmisión de señales de los genitales al cerebro, lo que dificulta la respuesta normal del cuerpo a la estimulación sexual. En conjunto, estos dos efectos provocados por el alcohol no permiten al hombre tener una erección dura y estable.

Además de todo esto, el alcohol tiene muchas calorías vacías. Su consumo excesivo en combinación con la falta de actividad física provoca un aumento de peso, que también es uno de los factores en el desarrollo de la disfunción eréctil.

El consumo duradero de cantidades excesivas de alcohol puede causar daños permanentes en el sistema nervioso y en los nervios ubicados en el pene en particular. Esto resultará en la impotencia.

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Interrelación entre las drogas y la disfunción eréctil

Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Adicciones, un tercio de los italianos de entre 15 y 64 años consumieron sustancias psicoactivas al menos una vez en la vida. La influencia de los «experimentos» únicos con el uso de sustancias narcóticas no puede tener un efecto significativo sobre la potencia masculina a largo plazo. Pero el uso regular de drogas, incluidas las drogas blandas, sin dudas aumentará las probabilidades de un hombre de desarrollar problemas de potencia.

Un ejemplo concluyente de esto es un estudio realizado por científicos españoles que descubrieron que los hombres que tomaron drogas en el pasado son más propensos a desarrollar la disfunción eréctil que aquellos que no tuvieron experiencia en tomar sustancias psicoactivas ilegales. La tasa de incidencia de la disfunción eréctil entre las dos categorías de hombres fue el 36,69% frente al 15,85%, respectivamente.

Es obvio que el consumo de drogas contribuye al desarrollo de la impotencia en los hombres. La abstinencia de drogas no ayuda a restaurar la función perdida o debilitada.