La disfunción eréctil es una enfermedad que tiene varios factores de riesgo. Muchas enfermedades y el estilo de vida de un hombre determinan el estado de su salud sexual. A veces, la aparición de los síntomas de impotencia se asocia con la hiperplasia prostática benigna (HPB). Ahora tenemos que averiguar si existe alguna relación entre estas dos enfermedades. Para empezar, es necesario conocer más sobre la disfunción eréctil y qué es la hiperplasia de próstata.
Disfunción eréctil. ¿Qué es necesario saber sobre esto?
Según estudios científicos en España, el 48% de los hombres mayores de 70 años de la región tienen problemas de potencia. Este índice es bastante bajo, en comparación con los EE. UU., donde el índice está en el 70%, o con la Federación Rusa, que alcanza el 89.9% de hombres que tienen problemas eréctiles, los españoles tienen indicadores bastante bajos.
La disfunción eréctil, también llamada impotencia, es la incapacidad de conseguir una erección o mantener el pene erecto durante el tiempo suficiente para un acto sexual normal. La disfunción eréctil (DE) puede manifestarse tanto con cada intento de tener relaciones sexuales como periódicamente.
Las razones que influyen en el desarrollo de la enfermedad son numerosas, incluidas las enfermedades del sistema cardiovascular, la diabetes mellitus, el hábito de fumar, el abuso de alcohol y los trastornos mentales. La razón del desarrollo de la enfermedad también puede ser el uso de ciertos medicamentos (antidepresivos, inhibidores de la 5-alfa-reductasa y otros).
Las estadísticas de la morbilidad de hiperplasia prostática benigna dicen que el 26.2% de los hombres tienen esta enfermedad. Básicamente, estos son hombres mayores de 50 años.
La a hiperplasia prostática benigna es un agrandamiento de la glándula prostática que no está relacionado con los procesos malignos. El cambio en el tamaño de la glándula conlleva la compresión del tracto urinario. Esto se manifiesta en los así llamados síntomas del tracto genital inferior. Entre ellos:
- la necesidad frecuente de orinar
- la dificultad para iniciar la micción
- el flujo lento de orina
- la emisión involuntaria de orina
- el ardor o dolor al orinar
Relación entre la hiperplasia prostática benigna y la disfunción eréctil
Dado que ambas enfermedades en consideración se refieren al sistema genitourinario, surge la pregunta sobre su relación. Según los numerosos estudios dedicados a este problema, se puede concluir que la hiperplasia prostática benigna es uno de los factores de riesgo para el desarrollo de la impotencia sexual masculina.
Por ejemplo, según un estudio publicado en el Central European Journal of Urology reveló que sólo el 2% de los hombres de 50 a 69 años diagnosticados con hiperplasia prostática benigna pueden mantener una erección sin problemas durante toda relación sexual. En general, de los 1,088 participantes, sólo el 25% pudieron conseguir y mantener una erección durante el tiempo suficiente siempre o casi siempre. Dado que, según los criterios de la selección, los hombres no tenían ninguna enfermedad concomitante aparte de la hiperplasia prostática benigna, la relación entre esta enfermedad y la impotencia es obvia.
Además de la relación entre la presencia de una próstata agrandada y la disfunción eréctil, los científicos también han demostrado que el volumen de la próstata influye directamente en la gravedad de la impotencia. En el estudio participaron 150 hombres, que fueron divididos en grupos de 50 personas según el volumen de la glándula prostática. Según los resultados, los pacientes con un volumen de próstata de más de 60 ml tuvieron el índice internacional de la disfunción eréctil más bajo. Los pacientes, cuyo volumen de la glándula estaba en el rango de 30 – 40 ml, tuvieron el índice más alto.
Tratamiento de la HBP. Su influencia en la impotencia
El tratamiento de la hiperplasia prostática puede tener un doble efecto en cuanto a la función sexual. Esto se debe a los medicamentos que se usan en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna. Por ejemplo, el uso de finasterida resulta en la aparición de la disfunción eréctil o su agravamiento en 4.9 – 15.8% de los casos.
Pero existe un medicamento para el tratamiento de la próstata agrandada que fue aprobado en el 2012 y que no conlleva el riesgo de empeoramiento de la disfunción eréctil. Este medicamento es tadalafilo, que también está disponible bajo el nombre de Cialis.
En un estudio realizado por científicos estadounidenses, los pacientes que tomaron el medicamento tadalafilo como monoterapia estaban más satisfechos con los resultados del tratamiento que el grupo que recibió la terapia combinada (un inhibidor de la PDE-5 alternativo + un medicamento para la HBP).

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La exclusividad de este tratamiento consiste en el hecho de que el tadalafilo tiene un efecto positivo tanto en la condición de la glándula prostática como en la función eréctil. Además de esto, a diferencia de otros medicamentos de la clase de inhibidores de la PDE-5, el tadalafilo puede usarse según el programa planificado.
La acción del medicamento se basa en la relajación del tejido muscular liso. La glándula prostática, así como los cuerpos cavernosos del pene, están parcialmente formados el teijdo muscular liso. Debido a la acción del medicamento, se aumenta el lumen del tracto urinario, comprimido por una próstata agrandada. Esto también alivia los síntomas del tracto urinario inferior. Con respecto a la disfunción eréctil, mientras que se relajan los cuerpos cavernosos, pueden llenarse de sangre suficiente para la aparición y el mantenimiento de una erección firme y duradera.
El tadalafilo comienza a actuar en 20 minutos o una hora después de su uso. Esto permite tratar de manera rápida y efectiva los síntomas desagradables, irritantes y dolorosos del tracto urinario inferior, así como no experimentar ningunas dificultades para conseguir una erección.